El 1 de julio, celebramos el histórico 50 aniversario del primer desfile del Orgullo gay en el Reino Unido. También celebramos el enorme progreso que la comunidad LGBTQ+ ha logrado en las últimas cinco décadas y cómo hemos pasado de las sombras a la luz y de criminales marginados a ciudadanos iguales, todo esto después de 2.000 años de persecución.

No fue fácil y protestar fue una de las claves de nuestro éxito. El Frente de Liberación Gay (GLF) abrió el camino en la década de 1970. Me uní en 1971, cuando tenía 19 años. Luchamos, a menudo por primera vez en la historia, contra la homofobia de políticos, obispos, policías y psiquiatras, muchas veces a través de protestas irreverentes y enérgicas.

La cruzada moral de la activista de derechas, Mary Whitehouse, presentó su Festival de la Luz (FoL) en 1971. Fue un intento de derrocar lo que ella definió como una "sociedad permisiva" y con "opiniones inmorales" sobre la homosexualidad, el aborto y las "obscenidades" transmitidas por televisión. GLF respondió irrumpiendo en el mitin del lanzamiento de FoL, en el londinense Central Hall de Westminster, con una "besada" encabezada por personas LGBT vestidas como monjas y mientras soltaban ratones entre la audiencia, lo que provocó gritos y la huida de todos los participantes del Festival de la Luz. Fue atrevido pero muy divertido y muy efectivo. Robamos el show. Los medios estaban más interesados ​​en la protesta de GLF que en el FoL.

"Me arrastraron violentamente del seminario y me tiraron a la calle. No mucho después de esta y otras protestas similares por parte del GLF, la profesión médica dejó de definir la homosexualidad como una enfermedad y acabó con sus salvajes tratamientos."

OutRage! reunió una gran cantidad de artículos que destacaban cómo la policía incriminaba a hombres homosexuales y luego los procesaba por un acto consensuado en el que nadie resultaba herido o nadie denunciaba. Fue un desastre para la reputación de la policía. El público comenzó a verla como una vendetta homofóbica y a pensar que estaban desperdiciando sus recursos acusando injustamente a personas inocentes en lugar de lidiar con delitos graves como abusos domésticos, abusos sexuales, violencia racista y violencia contra los homosexuales.

Cómo resultado, la Met acordó cumplir con la mayoría de las demandas de OutRage de una política policial no homofóbica. En tres años, el número de hombres juzgados por actos sexuales sin víctimas se redujo en dos tercios, la caída más grande y rápida jamás registrada. Hemos salvado a miles de hombres de multas o condenas y de efectos colaterales como despidos y depresiones.

Muchos de nosotros en GLF o OutRage! nos inspiramos en las protestas del movimiento por los derechos civiles en los EE. UU. y las sufragistas aquí en Gran Bretaña. Adaptamos sus métodos a la lucha por la liberación LGBT+ y conseguimos tres cosas muy importantes:

Primero, humillamos y avergonzamos a los homófobos, lo que a menudo provocó un cambio de política.