Seguro que has escuchado hablar de la revuelta de Stonewall. Esa noche de junio de 1969, cuando por primera vez en la historia, las personas queer y trans se atrevieron a desafiar públicamente al orden establecido luchando contra una redada policial en el Stonewall Inn de Nueva York. ¿Qué hay de los disturbios de White Night, cuando activistas queer protestaron por el asesinato de Harvey Milk, el primer funcionario electo abiertamente gay de California?
Sin lugar a dudas, estos eventos fueron transcendentales en la historia del activismo LGBTQIA+, pero no fueron los únicos. Si le echamos un vistazo a protestas LGBTQIA+ menos conocidas que han tenido lugar a lo largo de la historia y donde el eco de aquellos sucesos marcó el camino hacia la libertad que las personas queer y transgénero tienen hoy. Aún queda mucho por hacer, pero es tremendamente importante mirar atrás y celebrar las batallas que nuestros valientes antepasados lucharon por nosotros.
El movimiento Sip-In de 1966
Al final de la Ley seca, la autoridad estatal de bebidas alcohólicas de EE. UU. se utilizó como arma para evitar que se sirviera a las personas homosexuales en los bares de todo el país. La comunidad era discriminada y considerada "alborotadora por naturaleza". En 1966, el grupo activista Mattachine Society se rebeló contra esta injusticia al replicar las sentadas realizadas por activistas de derechos civiles afroamericanos, quienes se sentaron en espacios reservados solo para blancos para llevar a cabo una protesta pacífica. Los activistas entraron en el Julius, un bar en Greenwich Village en Nueva York, conocido por las redadas contra los homosexuales. Tranquilamente revelaron su identidad y pidieron bebidas. Pero por ley les negaron el servicio, lo que les permitió demandar por discriminación. La autoridad de bebidas alcohólicas negó las afirmaciones, pero la comisión de derechos humanos pronto se involucró y dictaminó que los homosexuales tenían derecho a ser atendidos en los bares. Este fue un momento clave para los derechos de los homosexuales y sentó las bases que permitieron acciones posteriores de resistencia queer, como los disturbios de Stonewall que tuvieron lugar a solo una manzana de distancia 3 años después.
El reino gay y lésbico de las Islas del Mar del Coral
El Lavender Menace
Los años 60 y 70 marcaron los inicios del movimiento de liberación gay, pero también el auge del feminismo. Estos dos movimientos eran distintos en ese momento. Lo que quería el movimiento feminista porque veía la asociación con el lesbianismo como una amenaza para el avance de los derechos de las mujeres, debido a la apariencia a veces masculina de algunas lesbianas. Betty Friedan, líder feminista de la organización nacional de mujeres, hizo todo lo posible para excluir al grupo militante de lesbianas, hijas de Bilitus, del primer congreso de unificación de Mujeres en 1969 y calificó a las lesbianas feministas de "amenaza violeta". Por supuesto, tal nombre solo podía complacer a aquellos que abarcaba. Un grupo radical de activistas lesbianas se apropió de él, hizo camisetas con "Lavender Menace" y organizó protestas en la segunda convención, donde los miembros presentaron un manifiesto de 10 párrafos llamado "La mujer identificada como mujer" para protestar por la falta de oradoras lesbianas en el evento. Fue un momento importante en la historia del movimiento de liberación LGBTQIA+ porque dejó claro que no hay feminismo sin lesbianas. De hecho, dos años después, en una conferencia de la organización nacional de mujeres, se aprobó una resolución que declara que los derechos de las lesbianas son una parte integral del feminismo.
El preservativo de Act Up´s
Anita Bryant y la tarta
¿Has oído hablar de zap? El término "zap" es familiar para los activistas del movimiento de liberación gay, ya que era una táctica que utilizaban a menudo. Los zaps pueden tomar muchas formas, dependiendo de la imaginación del activista, pero el objetivo sigue siendo el mismo: humillar a una figura pública para llamar la atención sobre la lucha por los derechos LGBTQIA+. Los zaps se hicieron más frecuentes en los 70, cuando la falta de resultados de las protestas de los 60 instó a acciones más drásticas. Uno de los zaps más conocidos se realizó contra la cantante Anita Bryant, quien encabezó una de las campañas más agresivas en la historia de los Estados Unidos contra los homosexuales. Durante una conferencia televisada en 1977, Bryant estaba difundiendo sus comentarios discriminatorios contra la comunidad homosexual cuando le estamparon una tarta en la cara. Tom Higgins, el activista gay detrás de esta acción, ha sido un héroe desde entonces. Pongamos de moda de nuevo el zap.
¡Equilicuá! Desde sip-ins pacíficos hasta preservativos hinchables y tartas en la cara, todos estos eventos demuestran que las protestas y los disturbios sociales creativos pueden ayudar a crear conciencia sobre los problemas importantes que enfrentan las personas marginadas. Así que, la próxima vez que alguien diga que protestar no te lleva a ninguna parte, tendrás un sinfín de ejemplos en tu arsenal. Y si eso no los calla, siempre te quedaran las tartas...
PARA EL ORGULLO
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